Programa en Planificación y Evaluación de las Políticas Públicas. Área de CCPP y Admón - UA

Elena Llorca Asensi. Socióloga en el sector TIC y profesora en la Universidad de Alicante. Master en Comunicación Digital. Experta Universitaria en Liderazgo Político.



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Cerca del poder

10.10.2013 11:58

Hace unos días ví "13 días" y, a continuación, "El Conformista". Me llamó la atención los dos escenarios tan diferentes que dibujan una y otra, siendo ambas igualmente descriptivas de la relación que establecen los gobernantes de un país determinado con su entorno más próximo: el de los servidores públicos de mayor rango.

La primera, una democracia consolidada como la de EEUU, nos cuenta una crisis bélica que debe resolverse en 13 días y en la que sobretodo aflora una tensa lucha entre el presidente (junto a sus 2 asesores más cercanos) y la cúpula burocrática y militar (a la que bien podríamos llamar "lobby"). En este caso, se aprecia la gran fuerza que tienen ambos "contrincantes" y la imposibilidad de imponer, en el término más autoritario de la palabra, la opción que prefiere el Presidente frente a lo que quiere el "lobby". Antes bien, el Presidente debe negociar y convencer a los altos cargos de que apoyen la decisión que él toma en el convencimiento de que evitará males mayores. En todo caso, el lobby militar es consciente de su fuerza y se permite mostrar desacuerdo e incluso enfado en público (o al menos en mitad de los pasillos de la Casa Blanca).

Por su parte, la atmósfera que se respira en "El conformista" no tiene nada que ver. Es una atmósfera gris y opresiva. El protagonista decide voluntariamente colaborar con el régimen fascista - por razones puramente personales - en un entorno que no permite la más mínima libertad de expresión. Muy lejos quedarían situaciones como las descritas en la película anterior: aquí, quien no colabora es enemigo. Y si molesta demasiado, es ejecutado. Poco lugar para la disidencia ideológica o para la discusión o confrontación con el poder. Pocos comentarios críticos por los pasillos del Ministerio...

Respecto a la segunda película, me impacta más porque describe un mundo que me es más extraño, el de la dictadura y el miedo. En la primera, vemos a un lobby desplegar su poder y poner en jaque a todo un presidente del país más poderoso del mundo, algo característico de la sociedad y la época en que vivimos. Por el contrario, nada de eso es posible en "El Conformista", película en la que varias escenas impactan: la confesión del protagonista con el sacerdote, la conversación posterior con su amigo ciego, la confesión de su mujer al final, cuando le dice que sabe lo que había pasado años atrás con el profesor y su mujer ("pero eso te proporcionó un ascenso") ... Marcello decide apoyar una ideología y unas acciones perversas en la búsqueda de una "normalidad" de la que nunca se ha sentido parte. En un alarde de absoluta inmoralidad, el protagonista se va adaptando a lo largo de la vida a cada situación (no olvidemos que de joven fué alumno aventajado de su subversivo profesor) no sólo cumpliendo su "cometido" como funcionario profesional sino yendo más allá y llevando a cabo acciones innecesarias, como delatar a sus propios amigos para distanciarse de ellos a ojos del sistema. De entre todas las posibles causas por las que sujetos en principio normales deciden apoyar un régimen de este tipo no estaría en este caso el miedo ni la desinformación, sino más bien la falta de escrúpulos y, quizá, de fondo, la ambición personal de reconocimiento y poder.